miércoles, 13 de agosto de 2008

De Cenicienta a Trepicienta

A pesar de la crisis galopante que sufrimos tenemos motivos para sentirnos orgullosos. Según la prestigiosa revista “Vanity Fair”, la princesa Letizia es la 2ª mujer mejor vestida del mundo, junto con la esposa del candidato a la presidencia de EE.UU. Barack Obama, Michelle Obama. Eso significa que las mujeres españolas se ven representadas en esta lista pues como tantas veces hemos oído decir los príncipes son como una familia más. Desconozco lo que podrá gastarse Letizia en ropa pero sí que es digno de admirar como una familia más, tal como están las cosas, tenga la maravillosa cualidad de saber elegir bien los lugares en los que compra para que le concedan tan honorable título.

Lo que no decía la noticia eran las tiendas que habitualmente le suministran la ropa. Quizás sea para que al año que viene cualquier española de a pie no pueda quitarle el puesto porque quizás la ropa sea tenga mucho que ver, aunque la percha creo que es lo más importante. Porque de eso, precisamente, y mirándola con ojos de hombre, no creo que Letizia pueda presumir demasiado. Por muy bonita que sea la ropa y por mucho que digan los aduladores acerca de lo elegante y bien que viste siempre se ha dicho que el hábito no hace al monje y en este caso tampoco iba a ser menos aquello de que aunque la mona se vista de seda mona se queda.

La otra noticia relacionada con la princesa y que ya me parece el colmo de los despropósitos, de la sumisión y porque no decirlo también, de la soberbia, es una entrevista que les realizaron a los príncipes (sí, a esa familia como otra cualquiera) y en la que a Letizia le preguntaron si no le gustaría trabajar como periodista en los juegos a lo que ella respondió: “Soy muy feliz siendo princesa”.

Vamos a ver ¿Acaso el estar de periodista sería una bajeza? Pues hasta donde yo sé es a lo que se dedicaba hasta que se casó (la segunda vez). Casi dice por sus obligaciones maternas, por ejemplo. Porque yo supongo que para una mujer ser madre será algo muy importante, independientemente de su profesión. Pero ya que estamos en lo de princesa ¿Qué habría que hacer para serlo? Puesto que se supone que en una sociedad democrática como esta es algo a lo que cualquier mujer podría llegar. En fin después de eso no he oído a ninguna feminista de estas recalcitrantes, que las hay, defender el derecho de la igualdad de la mujer. Siempre salen los mismos palmeros de siempre diciendo lo bien que le sientan los trapitos y lo elegante que viste. Pero bueno, si Letizia es feliz siendo princesa allá ella. Le sirve para vivir del cuento sin dar palo al agua, aún a costa de la dignidad personal y es que todo tiene un precio. Espero que no sea una aspiración entre nuestras féminas pertenecer a una institución anacrónica y desfasada que ningunea a la mujer con la aplicación de la Ley Sálica ¿Esto no lo sabrá la ministra de igualdad? ¿O habría que decírselo? Así que como podemos ver los trapitos no lo son todo, también está la dignidad de cada uno para hacerse respetar, independientemente de títulos. Pero todo queda muy bien al comparar a Letizia con Cenicienta, como también he oído alguna vez ¿O se llamaba Trepicienta? ¿O Trepizia? La verdad que hace tiempo que no leo cuentos pero lo que recuerdo de ese en cuestión es que Cenicienta era una joven doncella, humilde, hermosa, trabajadora… en fin por algo dicen que las comparaciones son odiosas.

Salud.

2 comentarios:

Luis López dijo...

Marino, se ve que has cargado las pilas. jajajaja. ¡A por ellos!

Marino Baler dijo...

Bueno, Luís, es que hay cosas que no entiendo por mucho que lo intento y la monarquía es una de ellas. Pero esto como dijo mi admirado poeta sigue siendo "la España de charanga y pandereta" ¡Y eso que lo dijo hace 100 años, casi!

Un saludo.