miércoles, 10 de septiembre de 2008

Plácido



Plácido es un amigo que hace mucho, mucho tiempo que lo conozco. Tendría que bucear en lo más profundo de mis recuerdos para rememorar aquellos tiempos. Creo conocerlo bien, aunque esto es muy aventurado decirlo pues hay veces que ni nosotros mismos nos conocemos. Si tuviera que definirlo de alguna manera lo haría como una persona que por una u otra razón no pasa desapercibida. Y no digo esto porque sea como suele decirse el “alma de la fiesta” no, no es eso y además tampoco le gusta serlo, sino porque es capaz de estar en un sitio pasando inadvertidamente y al instante por algo que haya dicho o hecho, sin que se salga de lo común, darse a conocer. Esto es curioso y algo que nunca he entendido porque sucede así pero en ocasiones, estando con él, lo he podido comprobar.
Si hay un rasgo de su forma de ser, de su idiosincrasia, es la ironía. Es una persona bastante irónica y sabe cuando usarla (aunque esto no lo tengo muy claro). Cuando hemos hablado sobre ello siempre dice lo mismo:”El problema no es del que lo dice, cada uno puede entender lo que quiera” y quizás, puede que tenga razón. Pero en ocasiones tiene la terrible “virtud” de transformar esa ironía en sarcasmo, si lo considera necesario, y entonces no le importa llevarse por delante a quien sea, aunque luego se arrepienta, pero difícilmente llegará a ser dañino sin motivos suficientes.

Quizás, y saliéndonos del ámbito familiar, me atrevería a decir que solamente hay una persona que lo conozca realmente y que sepa cuando necesita su espacio, su intimidad, su soledad y cuando necesita abrirse, hablar y llorar. Hace tiempo me habló de ella y si él me lo permite escribiré sobre esta persona próximamente.

Poco más puedo contar sobre Plácido. Quizás su mayor defecto ha sido su conformismo, su poca ambición para conseguir las metas. Para él simplemente son objetivos que se tienen que ir cumpliendo, por circunstancias, sin tratar de ir más allá ¡Cuantas veces le he oído decir a su madre que hubiera podido ser ministro si se lo hubiera propuesto! Pero él es así. No persigue gloria, ni fama, quizás persiga un ideal y muchas veces eso tiene un precio muy alto y es que no se pueda conseguir después de mucho esfuerzo. Aunque como él me dice: “Si dejo esto, al final de mi vida, siempre me quedará la duda de que hubiera pasado si hubiera seguido y entonces será tarde para volver atrás en intentarlo, me sentiré vacío por no haber hecho lo suficiente”. Es posible que tenga razón.

Con sus defectos y virtudes creo que si se conoce bien a Plácido puede ser alguien del que difícilmente puedas separarte en tu vida.

6 comentarios:

Luis López dijo...

Por lo que se puede recoger de tu escrito creo que se trata de un buen tipo. Cuídalo.

Anónimo dijo...

Sí, cuídalo mucho y dale un beso.
Luna.

Marino Baler dijo...

Quizás no sea un modelo a seguir, pero bien es cierto que no tiene maldad.

Luna, le haré llegar tu beso.

Anónimo dijo...

como tu dices, quien conozca un poco aunque sea un poco a Placido dificilmente sea alguien del que puedas separar de tu vida. como tu tienes el placer de conocerlo .....cuidalo. Es de esas personas que no quedan.

Anónimo dijo...

Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción"......como dice el poeta

Anónimo dijo...

hola marino es interesante este placido desearia que nos contaras mas cosas . me gusta este articulo