sábado, 22 de noviembre de 2014

Ser de izquierdas



No sabría decir si uno nace o se hace de una ideología política, pero desde siempre he tenido la misma percepción de ideas adaptadas a la edad en la que me encontraba. En mi debe tengo que decir que tengo un pasado: voté al PSOE de Felipe González. Sí, volviendo la vista atrás tengo que decir que yo era un ‘socialisteador’, que llevaba bien a gala serlo y que no perdía oportunidad de defender al PSOE en cualquier conversación en la que ese partido fuese mancillado. En esos momentos, sin yo saberlo, estaba abducido y engañado por un partido que yo creía que defendía las ideas de izquierdas… como he dicho ‘socialisteaba’, ¡qué le vamos a hacer! Hasta el mejor escribano echa un borrón.
Esta entrada sería la segunda parte de una que escribí hace ya algún tiempo titulada ‘Mi opinión sobre la derecha’. Hablar de los demás es fácil, pero hacerlo de uno mismo ya es un poco más complicado.
Creo que ser de izquierdas consiste en una forma de ser y actuar en el propósito de transformar la sociedad. La izquierda debe conducirse conforme a un principio básico que consiste en la consideración del Estado como el instrumento para redistribuir la riqueza. Es obligación del Estado velar porque cualquier individuo, independientemente de haber nacido en una familia con mayor o menor capacidad de recursos económicos, pueda gozar de las mismas oportunidades. Esto es algo que considero básico y fundamental: no todos iguales, pero sí todos con las mismas oportunidades. De ahí derivaría que si tenemos las mismas oportunidades tenemos los mismos derechos y, por supuesto, obligaciones. Por lo tanto creo en la Sanidad y Educación públicas.
Soy ateo y apóstata, pero parto de la premisa que cualquiera puede tener una creencia religiosa restringiendo su práctica al ámbito privado o en lugares destinados para ello, sin tener que intervenir en el ámbito público que, al igual que la educación, deben de ser laicos.
Creo en un Estado que teniendo esas premisas esté dirigido por gente capaz, tecnócratas, y no inútiles semianalfabetos cuyo mérito para estar al frente de una concejalía, alcaldía o consejería es estar afiliado a un partido político. Y, lógicamente, creo que cualquier medio que utilice el pueblo para conseguir su bienestar es totalmente lícito. El pueblo tiene todo el derecho de luchar por lo que es suyo y su bienestar. Las urnas y la democracia en ocasiones no dejan de ser meras excusas para arrebatarle lo que le corresponde.
¡Ah, se me olvidaba! Una cosa más que me reafirma más en mis convicciones políticas es que siento asco cuando escucho hablar a Rajoy, Aguirre, Cospedal, Saenz de Santamaría y toda esa caterva de peperos que nos gobiernan; Desde el primero hasta el último. Si no supiera definirme, cuando los escuchara sabría lo que no soy: como ellos.
Alguien me dijo una vez:
-Tú eres rojo.
-Perdona- le contesté-, yo inventé el color.

6 comentarios:

Maikel dijo...

Realmente si te pones a pensar un poco, lo de derechas o de izquierdas queda algo como anticuado. Hoy te roba igual uno de derechas-como uno de izquierdas. Hoy día las ideas de uno de izquierdas, pueden ser exactamente las mismas que de uno de derechas, lo único que cambia son las siglas del partido. Hoy la izquierda ya no es lo que era, hay…demasiados capitalistas. Hasta en Podemos aparecen los hijos de papa y de la casta…a dónde iremos a parar. Saludos

Marino Baler dijo...

Básicamente creo que en lo que se diferencian es en la forma de actuar el Estado, es decir, las derechas creen más en lo privado (Sanidad y Educación, por ejemplo) y las izquierdas creen que el Estado debe velar por conseguir una igual de oportunidades para todos.

Por otra parte, no estoy de acuerdo en que la izquierda no es lo que era. Por ejemplo, un referente de la izquierda en este país es Julio Anguita, un político que lo podrías colocar en cualquier periodo histórico del siglo XX y su discurso sería el mismo, yo me imagino a Julio Anguita en los años 30 y diría lo mismo que en el año 2000. Ahora bien... Felipe González, que también se denominaba de izquierdas, no me lo imagino con su discurso en los años 30. Quiero decir que la izquierda es la izquierda hoy y ayer, sus ideas y principios no cambian, otra cosa son lo que dicen que lo son y practican otra moralidad.
Quizá yo sea un romántico, pero estoy convencido que la lucha de clases sigue vigente.

Saludos

Maikel dijo...

Según he leído; la sanidad de la que hablas, creo que la creó un tal franco y aquel de izquierdas no creo que fuera. Hoy no hay luchas de clases, por que no hay esa diferencia entre los de clase alta y los obreros "como había en los años 30".

Marino Baler dijo...

Bueno... no es exactamente cierto que la Seguridad Social fuera un invento de Franco. En la Constitución Republicana del 31 (art 46) ya se hace mención a ella y cuando se iba a someter un anteproyecto de ley de bases de seguros sociales... llegó el 18 de julio... así que lo de Franco no es totalmente exacto... como lo de los pantanos, ya que copió el Plan Hidrológico Nacional de la República... pero eso es otro tema.

Yo creo que mientras haya desigualdad habrá, por necesidad, lucha de clases. No sé, pero creo que las clases medias y bajas deben luchar para mantener lo suyo, mientras qe las clases altas lo tienen más sencillos.

Leo dijo...

¿Y qué es ser de izquierdas? Para mí es luchar por el bien común, por una ética que va mas allá de la normativa. Creo sobre todo en la igualdad de oportunidades, lo cual, implica un sistema al que tengamos acceso todos con igualdad(independientemente de que pertenezca a cualquier tipo de clase, no dando lugar a ninguna preferencia por pertenecer a ninguna estatus).
No creo que el pertenecer a un determinado tipo de religión sea motivo para que el sistema público tenga que soportar los gastos, instalaciones e incluso tiempo dedicado dentro de la jornada laboral a velar por su culto, ya que, cada uno tiene sus creencias y "manías" las cuales no tienen porque formar parte de un sistema público.
La diferencia de clases ha existido y existirá, muchos presumen de ser de izquierdas a base de tocarse la barriga ó de no ver la necesidad social; ahí radica el problema, existe una falta de valores y generosidad que va más allá de una lucha de clases, sino de un bien común.
Predicar con el ejemplo en todos los sentidos es una buena forma de comenzar por ser partidario del bien común sin mirarse su propio beneficio personal. Y para esto se trata de mirar más allá de nuestro ombrigo sin ser un "alma en pena" pero sí luchando con lo que tienes cerca por una Justicia Social.

Marino Baler dijo...

Leo: en esto también hay mucho fariseismo. Hay quien dice que es de izquierdas pero por sus actos no lo aparenta.