En mi reciente visita a Soria tuve la suerte de conocer a Luís. El autor del blog sobre el que hablo en anteriores entradas.
He de confesar que ante el encuentro que tenía que producirse estaba emocionado. Habíamos quedado para el sábado pero por contratiempos suyos, sin importancia, a última hora y más tarde por problemillas con la tarjeta de mi móvil no pudimos hacerlo. Por fin nos vimos el domingo.
Sinceramente no sabía cómo se desarrollaría el encuentro. Me sentía como una adolescente histérica ante un concierto de su cantante favorito. Son ya varios meses disfrutando de las lecturas de su magnífico blog y eso hace que sea alguien a quien admire y ante cuyo encuentro creciese la incertidumbre por no saber si causaría buena impresión.
Pero Luís es una persona tranquila en movimientos y en el trato. Te escucha y te mira a los ojos cuando lo hace y cuando habla. Denota seriedad. Habla sin prisa y con la misma voz agradable con la que escribe. Hay un hecho que me sorprendió pero no es difícil de entender. Yo le dije que apenas disponía de tiempo y solamente podía poner 4 o 5 entradas nuevas al mes en mi blog. El me dijo que tampoco disponía de tiempo y que también le era complicado. Pero no creo que sea así. No creo que para Luis suponga ningún problema escribir sobre cualquier cosa. Si yo creyese en las reencarnaciones, sin duda alguna pensaría que Luís, en otra vida, fue un excelente juglar y que ese espíritu de contador de cosas lo sigue teniendo en la actualidad. Por ello solamente tiene que sentarse y que sus dedos hagan el resto sin ningún esfuerzo. Con la diferencia que ha sustituido el laúd por el ordenador y las canciones y poesías por los escritos en la cresta de una ola.
El encuentro que tuvimos, aunque breve, fue agradable. He quedado en volver en otoño, con más calma y con más tiempo. Ahora ya tengo otra excusa para regresar a Soria.
He de confesar que ante el encuentro que tenía que producirse estaba emocionado. Habíamos quedado para el sábado pero por contratiempos suyos, sin importancia, a última hora y más tarde por problemillas con la tarjeta de mi móvil no pudimos hacerlo. Por fin nos vimos el domingo.
Sinceramente no sabía cómo se desarrollaría el encuentro. Me sentía como una adolescente histérica ante un concierto de su cantante favorito. Son ya varios meses disfrutando de las lecturas de su magnífico blog y eso hace que sea alguien a quien admire y ante cuyo encuentro creciese la incertidumbre por no saber si causaría buena impresión.
Pero Luís es una persona tranquila en movimientos y en el trato. Te escucha y te mira a los ojos cuando lo hace y cuando habla. Denota seriedad. Habla sin prisa y con la misma voz agradable con la que escribe. Hay un hecho que me sorprendió pero no es difícil de entender. Yo le dije que apenas disponía de tiempo y solamente podía poner 4 o 5 entradas nuevas al mes en mi blog. El me dijo que tampoco disponía de tiempo y que también le era complicado. Pero no creo que sea así. No creo que para Luis suponga ningún problema escribir sobre cualquier cosa. Si yo creyese en las reencarnaciones, sin duda alguna pensaría que Luís, en otra vida, fue un excelente juglar y que ese espíritu de contador de cosas lo sigue teniendo en la actualidad. Por ello solamente tiene que sentarse y que sus dedos hagan el resto sin ningún esfuerzo. Con la diferencia que ha sustituido el laúd por el ordenador y las canciones y poesías por los escritos en la cresta de una ola.
El encuentro que tuvimos, aunque breve, fue agradable. He quedado en volver en otoño, con más calma y con más tiempo. Ahora ya tengo otra excusa para regresar a Soria.
2 comentarios:
Gracias compañero. Seguro que habrá más tiempo la próxima vez. Buenas vacaciones.
Más que a escribir me refería a leer los blogs de los demás. Saludos.
Publicar un comentario