miércoles, 25 de febrero de 2009

Después del poeta



Pronto empezaron a aparecer las noticias en los periódicos de la muerte del poeta. Por lo visto el primero fue el ABC de Sevilla el sábado 25 de febrero. El diario de Burgos también cita la noticia, pero más en sentido de dar el pésame a Manuel Machado, que en facilitar información sobre la defunción. El ABC republicano comentaba que la noticia se había dado tres días antes en la radio francesa, pero que se había resistido a creerla entonces. Ahora no había más remedio. España, la España democrática, acababa de perder a uno de sus más grandes valedores:


Trabajó por la instauración de la República y la ha venido defendiendo sin ningún desfallecimiento. Poeta y español sin tacha, la invasión de su patria le ha hecho identificarse con el régimen que encarna la independencia de España. Su pluma ha estado dedicada durante la guerra a exaltar la defensa de nuestras libertades y los valores morales del pueblo español. Ante el gran español que acaba de morir rendimos el homenaje respetuoso de nuestra admiración y de nuestro dolor.
La noticia produce consternación entre quienes siguen luchando – ya casi contra la esperanza – por la República. Al principio de la guerra fue Lorca. Ahora, cuando parece que todo termina, le ha tocado el turno al poeta de Campos de Castilla.
Durante las pocas semanas de vida que le quedan a la República se suceden numerosas manifestaciones de pesadumbre por la pérdida del poeta que, a lo largo de tres años, y a pesar de su mala salud, ha luchado sin descanso por la democracia.
Manuel Machado, que desde 1938 es miembro de la Real Academia Española, la de Franco, se entera de la noticia en Burgos. Inmediatamente se traslada a Colliure, al parecer en un coche oficial, acompañado de su mujer Eulalia Cáceres.
El único consuelo del hermano mayor, al llegar al pequeño pueblo francés y descubrir que también había perdido a su madre era volver a ver a José y Matea. No se sabe nada de las conversaciones pero hay que suponer que fueron tensas, emotivas y tal vez coléricas ya que José, resueltamente antifascista, ni menciona la llegada de Manuel y su mujer a Colliure en Las últimas soledades del poeta Antonio Machado. Dos días después éstos regresan a Burgos, y las dos parejas nunca se volverán a ver.
En mayo de 1939 José y Matea ya han abandonado Colliure y viven en el pueblo de Meurville (Aubé), a 35 kilómetros de Troyes, donde se juntan con ellos Joaquín Machado y su mujer, Carmen Coll. José Machado, lleno de gratitud, se cartea con Jacques Baills y Madame Quintana. Hacia finales del año los cuatro embarcan para Buenos Aires. Desde allí viajan a Chile y se establecen definitivamente en Santiago, donde se unirán con ellos, después de su largo exilio en Rusia, dos de sus hijas. José seguirá dedicado a la pintura y Joaquín trabajará como tipógrafo y periodista. Y allí ambos hermanos se morirán, sin nunca poner los pies en la España, para ellos maldita, de Franco.
En cuanto a Francisco Machado y su familia, que no volvieron a ver a José y Joaquín, regresan a aquella España pocos meses después de terminada la guerra confiados en la protección de Manuel. Tras las pertinentes indagaciones, y no pocas dificultades, Francisco es declarado exento de responsabilidades políticas durante su etapa como director de la Prisión de Mujeres de Madrid y readmitido al Servicio, su último puesto.
Manuel Machado regresó a Madrid. Publicó poquísimo tras la contienda y, cuando lo hacía era casi siempre sobre temas religiosos. Se ha dicho que padeció durante sus últimos años un estado de tristeza que mantuvo hasta la muerte. No sería de extrañar. Murió a principios de 1947. Fue amortajado con el hábito de franciscano y velado en el vestíbulo de la Real Academia. Su viuda se recluyó en un convento, posiblemente su verdadera vocación.
¿Y Pilar de Valderrama? O sea, Guiomar. En Sí, soy Guiomar la musa cuenta que coincidió durante la guerra, en un teatro de Salamanca, con Manuel Machado, a quién no conocía personalmente, y que le preguntó por Antonio. Afirma que cuanto le dijo al respecto el primogénito la dejó “helada”: “Me habló de su preocupación y disgusto porque su hermano, que se hallaba en zona contraria pensaba que, siendo ya nuestra, España había sido vendida a los alemanes” ¡Pobre Antonio! ¡Abusando de su “ingenuidad y buena fe” lo habían engañado!”. Más adelante afirma Valderrama tener la “certeza” de que, cuando el poeta llegó a la frontera francesa, llevaba “algún recuerdo” suyo – “cartas, versos, fotografías” – luego perdido. Y añade, refiriéndose al momento de su muerte: “Acaso yo – por aquel entonces en Palma de Mallorca – contemplaba aquel día tristemente el mar… y nuestros pensamientos se unieron como tantas veces en postrera despedida”. Acaso. Quién sabe. Pero lo que es inaceptable y reflejo de bajeza moral es lo que dice Guiomar a continuación: “Yo sé que sin mi ausencia, Antonio no hubiera escrito muchas cosas de las que publicó en Madrid, Barcelona o Valencia durante la guerra; ni hubiera pronunciado algunas conferencias que no eran dignas de él”. Curiosas palabras de quien tenía un concepto de dignidad emparentado con los sublevados. Como vemos, esta señora no renunció a la fama y lo que no puedo conseguir como la poetisa Pilar de Valderrama, lo consiguió como Guiomar, el amor que el poeta no puedo conseguir. Si bien su biografía no le reportaría beneficio económico alguno, sí una fama imperecedera. Pero tampoco merece mayor importancia comentar estas palabras.
Más o menos lo mismo había dicho en octubre de 1940 un tal Dionisio Ridruejo en su “prólogo” a la quinta edición de Poesías completas. Es decir, que Machado siempre había sido un ingenuo. Durante la guerra el gran poeta había demostrado, para Ridruejo, ser uno de tantos “secuestrados morales” obedientes a “consignas” de los malvados. De haber sobrevivido, ellos, los falangistas, lo habrían rescatado.
Parece ser que Pilar Valderrama conocía el texto de Ridruejo. De todas maneras no podía estar más equivocada con respecto al compromiso político de quien había querido con toda su alma ser su amante de verdad. Pilar de Valderrama, mejor dicho Guiomar, demuestra no conocer al poeta, con sus comentarios, ni a todo en lo que este creía y defendía. El 5 de mayo de 1941, es la fecha en que la Comisión Depuradora de Madrid del Ministerio de Educación Nacional, al tanto de la muerte del poeta en Francia, en 1939, “donde había huido ante el avance de las tropas Nacionales en Cataluña”, acordó por unanimidad proponer “la separación definitiva del servicio de D. Antonio Machado con la pérdida de todos sus derechos pasivos”.
Colliure sigue estando en el mismo lugar pero de los que ayudaron a Machado no queda nadie. El hotel Bougnol – Quintana, cerca del cementerio, continua en pie pero está cerrado, envuelto en silencio. Existe un proyecto para convertirlo en un museo dedicado al poeta. La tienda de Juliette Figuerès ya no existe. El tiempo al que tantas a veces aludía el poeta ha hecho su trabajo.
Hoy Machado y su madre siguen en Colliure, unidos en la misma tumba y pese a los intentos durante la dictadura de Franco, de llevar sus restos a España. Hay cerca un buzón para mensajes. Llegan cartas desde el mundo entero, en todos los idiomas dirigidas a “Don Antonio Machado, Cementerio de Colliure”, y se depositan en él. También se dejan papeles, cartas, poemas sobre su tumba. Casi siempre hay flores. Parece ser que el lugar se ha convertido en un centro de peregrinación de quienes admiran al poeta. Su tumba es sencilla, donde se puede leer lo siguiente:


ANTONIO MACHADO
 SEVILLA 26 VII 1875

COLLIOURE 22 II 1939

ANA RUIZ
MADRE DEL POETA

SEVILLA 4 II 1854

COLLIOURE 25 II 1939


Y después una placa con el siguiente epitafio, perteneciente a la parte final de su poema Retrato.



11 comentarios:

Anónimo dijo...

Simprlemente: CHAPÓ.

Marino Baler dijo...

Gracias paisana.

Anónimo dijo...

Buenas noches por la mañana.

Siempre, por más siglos que pasen, seguirá siendo un gran poeta, un republicano ejemplar...
Un hombre íntegro, fiel, honesto.
Sin dobleces en (casi) aspecto alguno.
Nótese el uso del casi puesto que, quizás, sí fue un poquito (para mi gusto por supuesto) "doble" al no dejar expreso su deseo de que parte de sus restos fueran traidos junto a su amor, Leonor, y descansar con ella (al igual que lo hace con su madre).
(Tonterías mías, sí, puede ser.
Juan Ramón, junto a Zenobia por supuesto, reposan en sus "dos tierras". Parte en Puerto Rico, parte en Moguer por expreso deseo de ambos).

Qué decir al respecto de su hermano Manuel?.
Se nos notan los "colores" y por eso nos duele que Manuel "luciera los otros".
Se nos antoja una traición, aunque la Guerra Civil fue eso, hermanos contra hermanos.
Duro, muy duro.
Todas las guerras lo son, pero las civiles añaden ese componente que las endurece más, si cabe.

Y... (ay, josús) Guiomar.
En una ocasión anterior ya expresé mi opinión al respecto.
Creo que (sin que te me ofendas) haces ciertas afirmaciones insanas que deberías intentar pulir un poco (ejem, si algún día Don Antonio te leyera, quizás te ganarías una colleja :-P).

Dices en tu escrito: "el amor que el poeta no pudo conseguir"...
Estás seguro de eso?
Creo que Guiomar no era un trofeo, no era una meta, no era una consecución para Don Antonio.
Era, simplemente (y tú mismo la llamas así) su musa.
Su amor de madurez.
Su compañera.

Esta señora (ejem, no se nota la ironía, tranquilo :-P) dices también, no renunció a la fama.
Lo que no pudo conseguir como la poetisa Pilar de Valderrama, lo consiguió como Guiomar.

Yo pregunto: Qué consiguió como Guiomar?
Ser señalada, y lo seguirá siendo por los siglos de los siglos, como una aprovechada, una buscadora (o buscona para algunos) de fama, de fortuna, de acercarse al poeta sin mayor mira que la de hacerse un nombre a su lado, como poeta, como mujer y como todo lo demás que le quieran añadir.

Qué duros somos siempre contra las mujeres!!!
En fin...
Me temo que no nos pondremos de acuerdo a ese respecto. Lo dejo aquí. (me enciendo!)

Descansen en PAZ.

Besos y vasos...

Anónimo dijo...

No sé qué más decir, sólo leer lo bien que documentas detalles de la vida y muerte del poeta.
El hermano quizás llegó a decepcionarse finalmente con los acontecimientos de posguerra. Le pasó a muchos, que pusieron ilusiones en un cambio, pero que después no resultó cómo esperaban.
En cuanto a Guiomar, siempre quedó en un segundo lugar, detrás de la hermosa historia de amor con Leonor.
PD: Ayer no pude escribirte porque me tuve que ir de nuevo de urgencias con mi gato. Ahora está con una sonda y espero que mejore con el tratamiento. Qué sufrimiento dan los animales de compañía, chico.
Un beso.

Anónimo dijo...

un saludo y sigue escribiendo, que como tu ya sabes siempre que tengas un rato te leere.

Un beset

Marino Baler dijo...

Tenta; Machado simplemente es Machado. Su propio nombre ya es suficiente credencial como para no tenerlo que defender. Lo contrario sería redundar. Creo que la sensación de leer su poesía es comparable a leerla, ella sola se explica. Quizás me ciegue la pasión por él pero así es como yo lo entiendo.

El murió en Colliure huyendo al final de la guerra de la España que Franco iba a sumir en la esclavitud. Por esa razón dudo mucho que él hubiera estado de acuerdo en que sus huesos descansasen en una España franquista de la que renegaba. Como le dijo su hermano al hispanista John Trend en una carta “Allí esperará hasta que una humanidad menos bárbara y cruel le permita volver a sus tierras castellanas que tanto amó”. El gobierno franquista sí que quiso repatriarlo pero los franceses se negaron. Yo me pregunto ¿Hubiera aceptado, Machado, descansar en una España de la que había huido? ¿Hubiera aceptado que el régimen totalitario que hizo que lo dejase todo le repatriase? ¿Hubiera aceptado que al enterrarlo en suelo español le hubiesen hecho de nuevo un funeral que hubiera sido católico por el régimen que gobernaba España habiendo querido él un entierro civil? Personalmente opino que no, pero es solamente una opinión. Por eso me parece bien que siga donde está. Si todavía no lo han traído no creo que lo hagan. En este país se miran más otras cosas, por desgracia para nosotros. Si “volviese” algún día me gustaría que estuviese con Leonor, aunque para mí es irrelevante porque allí es el lugar que él eligió para morir, aunque empujado por las circunstancias. No veo mal que siga allí.

Juan Ramón también se exilió, al principio de la guerra. Huyendo de la barbarie. Tampoco era creyente y murió en Puerto Rico. Pero, a diferencia de Machado, el gobierno franquista consiguió traerlo a España. Sinceramente ¿Crees que él hubiera aceptado descansar en la España de Franco de la cual huyó y no regresó aún acabada la guerra? ¿Crees que Juan Ramón hubiera querido que le hiciesen un entierro religioso en España sin ser creyente? Yo creo que no lo hubiera aceptado pero, cuanto menos, permíteme el beneficio de la duda. Simplemente esa es la diferencia entre uno y otro, a uno lo consiguieron traer aquellos que le obligaron a marcharse y a otro no. Quizás si no hubiera sido así todavía estaría en Puerto Rico, como don Antonio lo está en Collioure. No creo que se trate de tierras o no, simplemente de voluntades y circunstancias.

Respecto al hermano, pues poco hay que decir. Como bien dices fue una guerra civil y las circunstancias hicieron que estuviese en el otro bando. Aunque no es menos cierto que la sensibilidad política y el compromiso de ambos era distinto.

Aceptaría esa colleja encantado. Pero quizás si don Antonio leyese lo que Guiomar dijo a su muerte sobre él, posiblemente, se la daría a ella.
No veo a Guiomar como un trofeo. El verbo conseguir creo que tiene una connotación especial cuando se habla de amor. No lo trato como un trofeo, ni nada parecido.
He dicho, por activa y por pasiva, que Guiomar quería al poeta y no al hombre pero que Machado sí que se enamoró de ella. No lo juzgo a él por haberlo hecho sino a ella por no haber sabido lo que tenía a su lado. Guiomar escribió ya conociendo al poeta:

No busque yo otro amor que no sea el tuyo;
todo es fuera de Ti lascivo y vano,
y aunque de todo amor terrenal huyo
¡llévame, Nazareno, de tu mano!

Por lo tanto ya se ve que no interesaba otra cosa más que la que le ofrecía el poeta y no el hombre. Si él lo aceptaba de acuerdo, pero eso no implica que fuera lo que desease.
No se trata de ser duro contra las mujeres, en este caso se da una opinión. Del mismo modo que te podría decir que Picasso, el gran Pablo Ruiz Picasso era un “cabrón” con las mujeres que formaron parte de su vida porque simplemente las usaba para sus propios intereses.

Son distintos puntos de vista, a mi parecer, con argumentos y razones válidas para ambos, por eso será difícil coincidir (¡cálmate, cálmate!).


Bessets.

Marino Baler dijo...

Parsimonia; Gracias, lo fácil de las biografías es que ya están escritas y no se puede cambiar nada.
El hermano también era bueno pero los últimos años le dio por una temática muy alejada de sus buenos años en París, donde publicó sus mejores escritos.
Y Guiomar... pues eso creo que no supo ver al hombre que tenía al lado.

Espero que tu gato se recupere pronto. Los animales tienen esas cosas que no dan problemas pero si les tiene algún achaque pues parece que duela más de lo normal.
Dale buenos pescaditos y muchos mimitos.

Un beso.

*** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** ***

Aujo; Gracias por pasarte y comentar. Bienvenida.

Un beso.

Anónimo dijo...

Buenas noches por la tarde.

Simplemente voy a hacerte una puntalización.
Del resto, no diré nada (o eso intentaré) porque tampoco vamos a encontrar un punto de acuerdo (me temo). Sí, te pierde la pasión :-P

Juan Ramón no vino traido por el Régimen.
No fue el Régimen franquista quien consiguió traerlo de vuelta a su tierra natal.

Juan Ramón y Zenobia fueron ambos traídos por su expreso deseo.
Tanto ella como él, antes de morir, habían dejado "atada" su voluntad al respecto.
Fue el sobrino de el poeta quien se encargó de traerlos.
Del mismo modo, dejó instrucciones sobre el Premio Nóbel. Mitad del mismo está en Puerto Rico (su otra tierra). La otra, está en su Casa-Museo de Moguer.

Que Juan Ramón volviera, no fue en caso alguno un éxito de Franco.
Tampoco fue un agachar la cabeza como un vencido o una redención.

Los poetas no pertenecen a dictadores (por mucho que éstos se los quieran acaparar), gobiernos o demás.
Son de la Tierra, de todos... De ninguno.

Él sólo quería volver, y como no podía ser en vida, al menos lo fue a su muerte. Y por supuesto, junto a su compañera en el camino, su otra mitad, Zenobia.
No podía ser de otro modo.

Ahora pasean juntos por el cielo de Moguer. Él, camina tranquilo entre chumberas y viñas. Platero a su lado y Zenobia sobre el burrito de plata...

Y ambos, amén de otros muchos, serán por siempre poetas de TODOS... ´

Sí, a mí también me pierde la pasión ;-)

Besos y vasos!

Marino Baler dijo...

Tenta; Si no tuviera pasión, nada tendría sentido.

Juan Ramón amaba a su tierra y sentía devoción por Moguer. Muy loable por su parte que quisiera descansar allí. Pero creo que es distinto al caso de Antonio. Él no tuvo la oportunidad de volver, ni siquiera acabada la guerra (seguramente no lo hubiera hecho porque huyó de esa España) por ello no es reprochable el que permanezca en Colliure con su madre. Así sucedieron las cosas e insisto en que no tuvo la oportunidad de volver. Bastante hizo quedándose a luchar de la mejor forma que sabía hacerlo, con palabras, en lugar de haberse exiliado. Quizás si así lo hubiese hecho hubiera vivido más tiempo y posiblemente a su muerte alguien lo hubiese repatriado, como a Juan Ramón. Pero esto solamente es una ucronía. Por eso, es posible, que siga en suelo francés.

Estamos hablando de "dos pesos pesados" de las letras españolas ¡Qué maravilloso combate sería ver a los dos en un ring sentados en una silla, con una mesa, tinta y papel! ¿Te lo imaginas?


Bessets y gotets.

Aileon dijo...

Buenas tardes,
Aunque no te he comentado en estas últimas entrada,si he leído atentamente tu particular homenaje a uno de los grandes de nuestra literatura.

Un saludo,
Aileon

Anónimo dijo...

No sé de qué habla Almudena Grandes en el artículo que publicó en EL PAÍS del 23 de febrero, pero está claro que ella tampoco. En cuanto al motivo que le lleva a derrochar sus injurias gratuitas, no me interesan en absoluto. ¡No le gusta la tumba de Antonio Machado y de su madre en el pequeño cementerio de Collioure! Está en su pleno derecho.

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La tumba que tanto menosprecia es el resultado de una suscripción popular que se realizó en 1957 bajo el impulso de Pablo Casals y del Comité Antonio Machado de Collioure. El Ayuntamiento del momento cedió gratuitamente y a perpetuidad una ubicación destacada a la entrada del cementerio. En cuanto a mí se refiere, me adhiero plenamente al espíritu que presidió la elección del tipo de sepultura, esto es: la modestia que ennoblece el gesto y engrandece el símbolo. Y creo que Antonio Machado le hubiera cedido, muy gustoso, el mármol y el oro que parecen gustarle tanto. Antes que su opinión, prefiero la sinceridad de los numerosos donativos que se recibieron en cuanto se lanzó la suscripción o el testimonio de los que han continuado visitando desde entonces, de forma oficial o anónima, la tumba de Antonio Machado (Manuel Vázquez Montalbán, Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Ángel González, Carmen Conde, José Luis Cano y un largo etcétera.)

Al Comité Antonio Machado le sucedió, en 1977, la Fundación Antonio Machado de Collioure, de la que soy presidente de honor. El Ayuntamiento sigue apoyando material y económicamente esta asociación, que honra cada año con diferentes manifestaciones artísticas y culturales la memoria del poeta y con él a todos los exiliados españoles.

Entre las actividades artísticas y culturales, la fundación organiza el Premio Internacional de Literatura Antonio Machado en el que, si mal no recuerdo, Almudena Grandes participó como jurado hace unos años. Dejo que cada uno se imagine todo lo que estos eventos pueden aportarle económicamente a la Fundación y al Ayuntamiento.