martes, 10 de septiembre de 2019

Caminar de tu mano


Apostaría la mitad derecha de mi sonrisa que nadie se ha parado a pensar en lo fácil que resulta perder la cordura y lo complicado que es recuperarla.
Te pasas la vida intentando caminar con paso firme, como si en lugar de zapatillas de tela se llevasen un par de botas de plomo que marcan un paso lento.
Te pasas la vida planificando el día a día, para que nada se escape por una rendija llamada casualidad.
Te pasas la vida controlando emociones y sentimientos, ocultándolos tras una máscara irreverente hacia los demás.
Te pasas la vida siendo antipático, borde, incluso rozando el sarcasmo.
Y de repente un día, el más inesperado, el que menos te puedes esperar…
Llega un arrebato de locura que termina por barrer toda la cordura acumulada desde el primer al último paso.
Tropiezas y los planes se esfuman, escapando la situación a tu control.
La casualidad pasa a normalizarse en tu mundo.
La inocencia te mira a los ojos y los sentimientos brotan sin que puedas hacer nada por evitarlo, desperdigándose como confeti lanzado al aire.
La antipatía se esfuma y el aire sale de los pulmones con un ritmo silencioso y continuo.

¿Qué ha ocurrido?
Cuando se pasa de un universo a otro tan dispar no hay que pensar mucho… O sí… sentir con la cabeza y pensar con el corazón. Cuando esa conexión ocurre sólo queda dejarse llevar. Todo se ha derrumbado.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace poco te sigo, entre por casualida a tu blog, solo buscaba algo más,algo que me transmiriera más que vanalidades y me encontre tus pensamientos. Por cierto tienes una facilidad para escribir y tus sentimientos son transparentes y hermosos, tu doncella es afortunada al tenerte.

Marino Baler dijo...

Hola Anónimo, bienvenido a mi humilde blog. Espero que aquí hayas conseguido tu objetivo, si es así me daré por satisfecho.
Muchas gracias por tus inmerecidos elogios. Aunque permite que te haga una pequeña rectificación: el afortunado soy yo por tenerla a ella.

Saludos.