sábado, 21 de septiembre de 2019

Sólo para Dulcinea...



Un antiguo compañero con el que compartí pupitre y piso tenía la teoría que las chicas más se le acercaban cuando tenía novia, como si las féminas tuvieran un sexto sentido para obligarlo a hacer cosas que él no quería. Su flaqueza de espíritu siempre solía triunfar; solamente le faltaba tener la voz de Sandro Giacobbe y cantar ‘Jardín Prohibido’ para dar explicaciones.
Quien ha tenido o tiene compromisos con otras personas… allá con su libertad y, sobre todo, con su conciencia.
Don Quijote, en el palacio de los duques, también fue tentado por Altisidora cuando esta, en una burla trazada, le declara su amor en forma de canción debajo de la ventana de la habitación del andante caballero. Don Quijote cree que todo es cierto, pero su respeto, lealtad, fidelidad y amor hacia aquella a la que había hecho dueña de su corazón estaba a prueba de cualquier tentación que pudiera surgir. Para él ya no existía más mujer que su Dulcinea. No hacen falta más palabras. Lo que digo siempre, hay que leer el Quijote.

[…]
Aquí dio fin el canto de la malferida Altisidora y comenzó el asombro del requirido don Quijote, el cual, dando un gran suspiro, dijo entre sí: «¡Que tengo de ser tan desdichado andante que no ha de haber doncella que me mire que de mí no se enamore! ¡Que tenga de ser tan corta de ventura la sin par Dulcinea del Toboso que no la han de dejar a solas gozar de la incomparable firmeza mía! ¿Qué la queréis, reinas? ¿A qué la perseguís, emperatrices? ¿Para qué la acosáis, doncellas de a catorce a quince años? Dejad, dejad a la miserable que triunfe, se goce y ufane con la suerte que Amor quiso darle en rendirle mi corazón y entregarle mi alma. Mirad, caterva enamorada, que para sola Dulcinea soy de masa y de alfenique, y para todas las demás soy de pedernal; para ella soy miel, y para vosotras acíbar; para mí sola Dulcinea es la hermosa, la discreta, la honesta, la gallarda y la bien nacida, y las demás, las feas, las necias, las livianas y las de peor linaje; para ser yo suyo, y no de otra alguna, me arrojó la naturaleza al mundo. Llore o cante Altisidora, desespérese Madama, por quien me aporrearon en el castillo del moro encantado, que yo tengo de ser de Dulcinea, cocido o asado, limpio, bien criado y honesto, a pesar de todas las potestades hechiceras de la tierra»”.
[…]

5 comentarios:

Benja dijo...

Tu compañero acertó de pleno al decirte eso. Parece ser que la manzana, una fruta “prohibida” según el Génesis, pero muy sabrosa y apetecible, sobre todo por ser un fruto prohibido. Y eso es lo que son un hombre o mujer, casados o con pareja.

Marino Baler dijo...

Ya Benja, pero ahí entran otro tipo de cosas llamadas compromiso, fidelidad, respeto que la otra persona que tenga hacia su pareja.
Yo siempre he dicho que si yo no tengo ningún compromiso no tengo ningún problema: el problema lo tienen los demás. Ahora bien, si yo tengo un compromiso libremente adquirido con otra persona hago mías las palabras de don Quijote:
“Mirad, caterva enamorada, que para sola Dulcinea soy de masa y de alfenique, y para todas las demás soy de pedernal; para ella soy miel, y para vosotras acíbar; para mí sola Dulcinea es la hermosa, la discreta, la honesta, la gallarda y la bien nacida, y las demás, las feas, las necias, las livianas y las de peor linaje; para ser yo suyo, y no de otra alguna, me arrojó la naturaleza al mundo”.
Y ahora mismo lo firmo desde la primera a la última letra.

Benja dijo...

Naturalmente en una relación la lealtad se basa en el respeto y por tanto en el amor, que tenía que estar por encima de todo…pero no es así.

Marino Baler dijo...

Por eso, Benja, eso ya va en la conciencia de cada uno.

Benja dijo...

Así es.