Ayer, el Día de la Hispanidad, fue también el
desfile de las Fuerzas armadas. Como nunca me han gustado las cabalgatas y no
he visto nunca ninguna entera esta vez no iba a ser distinto. Pero claro, ya
está la televisión para recordarnos a todos que tenemos un valeroso ejército
que sería la envidia de Felipe II y sus invencibles tercios si pudieran verlo.
Estoy en contra de todo lo que significa el
ejército. Por principios me hice objetor de conciencia. Recuerdo que cuando se
lo dije a mi padre, con 15 años, se montó una buena discusión. Probablemente
porque la objeción era algo desconocido y se tenía la idea de ser una especie
de anti - sistemas. Además mi padre, antes, pensaba que en la mili se aprendía
el respeto. Precisamente por eso del respeto no quería hacerla. Por respeto a
mí mismo. Me parecía algo denigrante tener que cuadrarte y firme delante de un
tío solamente porque tuviera estrellitas en el pecho. Así pues al final me hice
objetor y todos tan contentos.
Por ello ayer, cuando en el telediario vi
desfilar al ejército delante del demócrata franquista, o sea Campechano I,
no pude más que recordar esos hermosos pasajes del Quijote en el que don
Quijote y Sancho observan desde una loma como se acercan dos manadas de
carneros a encontrarse y al primero le parecían dos ejércitos y al segundo lo
que realmente eran, o sea, manadas de borregos.
¡Vuélvase vuestra merced, señor don Quijote,
que voto a Dios que son carneros
y ovejas las que va a embestir! ¡Vuélvase, desdichado del padre que
me engendró! ¿Qué locura es esta? ¡Mire que no hay gigante ni caballero
alguno, ni gatos, ni armas, ni escudos partidos ni enteros,
ni veros azules ni endiablados! ¿Qué es lo que hace?, ¡pecador
soy yo a Dios!
[...]
¿No le
decía yo, señor don Quijote, que se volviese, que los que iba a
acometer no eran ejércitos, sino manadas de carneros? —
Pues sí. Cada vez que veo al
ejército desfilar no puedo dejar de acordarme de este capítulo de la inmortal
obra. Quizás esa misma comparación quería hacer el gran Cervantes.
Recuerdos y sentimientos aparte
estoy en contra del ejército como tal. Me parece una institución inútil,
inservible y que no tiene ningún cometido. Quizás algunos digan que sirve para
defendernos por si nos invaden pero ¿defendernos de quién? Si hacemos un repaso
a lo largo de la historia vemos que el ejército nunca ha repelido ninguna
invasión. Nuestro ejército siempre ha sido usado para invadir otros países o
para ir en contra del propio pueblo. Hagamos memoria:
España, antiguamente no tenía una estructura como
país tal y como sucede en la actualidad. Las invasiones eran frecuentes y cada
uno defendía su parte de territorio como podía así pues los cartagineses,
romanos y árabes pasaron por nuestras tierras sin que ningún ejército pudiera
defendernos de ellos.
Más tarde, en los últimos 500 años, nuestros
ejércitos sirvieron para conquistar y atacar otros países, por lo tanto el
matiz defensivo se pierde.
La última vez que fuimos invadidos fue durante el
periodo napoleónico y fue el pueblo el que echó al invasor no el ejército que
apenas existía.
Por otra parte nuestro ejército, cuando ha tenido
que actuar en nuestras fronteras lo ha hecho siempre en contra del pueblo como
por ejemplo las Comunidades y Germanías en el siglo XVI, durante las Guerras
Carlista, en el siglo XIX y durante la Guerra Civil en el XX. Siempre contra
los propios españoles y no contra un enemigo extranjero.
Por ello es ilógico pensar que en plenos siglo
XXI y con la cantidad de elementos armamentísticos que hay para sustituir a un
ejército en caso improbabilísimo de invasión, el ejército haría algo. No creo
que para recuperar un islote como el de Perejil sea necesario tan gran derroche
de medios.
Pero bueno, quizás algunos crean que es necesario
por el prestigio, la defensa y toda la parafernalia que eso conlleva, aunque
por otra parte ¿Quién sabe? Quizás vuelvan los tiempos en los que no se ponía
el sol y haya que volver a recurrir a nuestros flamantes tercios.
1 comentario:
En el día nacional yo me quedo en la cama igual, pues la música militar nunca me supo levantar.
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