Una parte de la letra del tango Cambalache dice lo siguiente:
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador... ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazaos ni escalafón, los ignorantes nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.
Y es cierto, sobretodo en política. En el PP de la Comunidad Valenciana, más concretamente en la provincia de Castellón, tenemos el ejemplo de Carlos Fabra al que mucha gente apoda el Padrino asociándolo, al personaje que interpretó Marlon Brando en la película del mismo nombre. Quizás en este caso se pueda decir aquello de que la realidad supera la ficción y que los guionistas le pusieron el nombre de Vito Corleone porque Fabra todavía no era un personaje conocido y además tampoco tiene un nombre muy rimbombante para una película de mafiosos. No es como Lucky Lucciano, Bernardo Provenzano o, el más conocido de todos, Al Capone. Hubiera tenido alguna posibilidad si se hubiera italianizado a Fabrizio Carlone. Esto ya suena mejor y podría pasar sin ninguna duda como uno de los grandes del hampa. En fin, nomenclaturas gansteriles aparte, cuando alguien es conocido por semejante apodo de dudoso honor entre todos sus vecinos por algo será.
Son varios los hechos por los que se acusa a este personaje, de gran tradición política en su familia, que ha convertido la provincia en su cortijo personal. Por ello cuando el juicio va mal, en lugar de cambiar de abogado cambia de juez y otra vez a empezar. Curioso, también lo afortunado que es en los juegos de azar pues le ha tocado tres veces la lotería (cualquier vecino de Castellón puede explicar lo que piensa al respecto). Ahora anda en juicios por 6 millones de euros no declarados pero como la justicia es lenta, y más tratándose de Fabra pues de momento él sigue a lo suyo, o sea, a ganar quinielas sin rellenarlas y a encontrarse cheques firmados en la calle, por casualidad, en lugar de moneditas de céntimos como el resto de los mortales.
Pero por si esto no fuera poco resulta que el presidente de la Generalitat Valenciana, Francesc Camps, ese que presume de políglota (quiere poner la educación de la ciudadanía en ingles) pero que no habla valenciano (si el pueblo de Israel tuvo su travesía por el desierto durante 40 años, los valencianos la tenemos ahora y espero que no dure tanto) blinda al ínclito personaje cambiando los estatutos del PP valenciano en los que hasta que no haya una condena firme no se le abrirá expediente. Parece ser que este partido se ha convertido en el refugio de las almas descarriadas ¿Será que no son tan malos como los pintan? Y para más muestras de su magnanimidad, le condecora con la orden de Jaime I el Conquistador, la máxima que concede la Generalitat Valenciana ¿Cabe mayor desvergüenza que condecorar a una persona acusada de malversación de fondos y estafa, entre otras lindezas? Bueno, si se piensa fríamente tampoco es para alarmarse tanto porque si a Franco, en todo su analfabetismo, lo nombraban doctor honoris causa ¿Por qué Fabra tendría que ser menos?
Bueno, cosas de estos que dicen que lo hacen todo por el bien del pueblo, aunque en este caso no sea por una persona del pueblo si no por el dueño de una provincia entera.
Moraleja: Según las nuevas normas por las que se rigen se puede ser un supuesto estafador, corrupto, ladrón, mafioso, timador y demás villanías, siendo vox populi, que mientras la justicia no lo diga no pasa nada. Solamente espero que no se corra la voz y acudan, de toda España, todos los que pertenezcan a cualquier gremio de los antes citados a afiliarse a este PP. Bastante tenemos con lo nuestro como para que esto se convierta en el nuevo Chicago de los años 20 (aunque tampoco habría demasiada diferencia). Y es que Fabra no es del PP, el PP es de Fabra (al menos en la Comunidad Valenciana). Amén.
Son varios los hechos por los que se acusa a este personaje, de gran tradición política en su familia, que ha convertido la provincia en su cortijo personal. Por ello cuando el juicio va mal, en lugar de cambiar de abogado cambia de juez y otra vez a empezar. Curioso, también lo afortunado que es en los juegos de azar pues le ha tocado tres veces la lotería (cualquier vecino de Castellón puede explicar lo que piensa al respecto). Ahora anda en juicios por 6 millones de euros no declarados pero como la justicia es lenta, y más tratándose de Fabra pues de momento él sigue a lo suyo, o sea, a ganar quinielas sin rellenarlas y a encontrarse cheques firmados en la calle, por casualidad, en lugar de moneditas de céntimos como el resto de los mortales.
Pero por si esto no fuera poco resulta que el presidente de la Generalitat Valenciana, Francesc Camps, ese que presume de políglota (quiere poner la educación de la ciudadanía en ingles) pero que no habla valenciano (si el pueblo de Israel tuvo su travesía por el desierto durante 40 años, los valencianos la tenemos ahora y espero que no dure tanto) blinda al ínclito personaje cambiando los estatutos del PP valenciano en los que hasta que no haya una condena firme no se le abrirá expediente. Parece ser que este partido se ha convertido en el refugio de las almas descarriadas ¿Será que no son tan malos como los pintan? Y para más muestras de su magnanimidad, le condecora con la orden de Jaime I el Conquistador, la máxima que concede la Generalitat Valenciana ¿Cabe mayor desvergüenza que condecorar a una persona acusada de malversación de fondos y estafa, entre otras lindezas? Bueno, si se piensa fríamente tampoco es para alarmarse tanto porque si a Franco, en todo su analfabetismo, lo nombraban doctor honoris causa ¿Por qué Fabra tendría que ser menos?
Bueno, cosas de estos que dicen que lo hacen todo por el bien del pueblo, aunque en este caso no sea por una persona del pueblo si no por el dueño de una provincia entera.
Moraleja: Según las nuevas normas por las que se rigen se puede ser un supuesto estafador, corrupto, ladrón, mafioso, timador y demás villanías, siendo vox populi, que mientras la justicia no lo diga no pasa nada. Solamente espero que no se corra la voz y acudan, de toda España, todos los que pertenezcan a cualquier gremio de los antes citados a afiliarse a este PP. Bastante tenemos con lo nuestro como para que esto se convierta en el nuevo Chicago de los años 20 (aunque tampoco habría demasiada diferencia). Y es que Fabra no es del PP, el PP es de Fabra (al menos en la Comunidad Valenciana). Amén.
3 comentarios:
¿ Para cuando una cuarta parte del Padrino ?
Este señor , es un tío con suerte , quizá tocado por algún poder sobrenatural ¿ por qué no ? .
Quita y pone dentro del partido a su antojo y hasta logró que el anterior alcalde dimitiera , por no querer incluir en las listas al hermano.
Este hermano ( tipo Pepiño ) fué en su día concejal de hacienda ¿ se imaginan ?
Ahora tiene un pelele , aunque mejor dicho Mariachi gobernando Castellón , ya que tu pones tango amigo Marino , yo pondré rancheras , así que Fabra nos cante alguna ¿ no te parece ? .
Es como Jorge Negrete y el PP de Castellón , sus Mariachis .
Salud
Magnífica entrada! Y felicidades por el blog en general. Me lo recomendó un anónimo en mi blog (www.charlifuster.blogspot.com te recomiendo-aunque uno mismo no debiera recomendarse- una entrada que escribí hace tiempo sobre Fabrizio Carlone, se titulaba "Carlos Fabra, un tío con suerte") y la verdad es que acertó de lleno. Un cordial saludo
Victoria, he puesto un tango pero podría haber puesto una copla por ejemplo "la bien pagá" o en este caso "el bien pagao". Aunque este personaje no se merezca tanto. Con una chirigota de Cadiz ya va sobrado.
Saludos.
Carlos V, gracias por visitar mi blog y por tus palabras. La verdad que lo de este personaje clama al cielo. Me pasaré por tu blog a visitarlo. Sé bienvenido al mío.
Un saludo y gracias.
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